
Mastiff
El mastín inglés, también conocido como mastiff, es una raza de perro molosoide, es decir, que caracteriza por su cuerpo robusto, músculos fuertes y una cabeza grande con hocico corto. El perro mastín inglés es muy similar al dogo, aunque el tamaño del primero puede llegar a ser muy grande e incluso se los llama gigantes. Es muy llamativo debido a su contextura, que, al ser musculoso, presenta mucha fuerza, siendo un excelente guardián. Se trata de un perro que es compañero del humano desde hace mucho tiempo, que antiguamente era utilizado para peleas con otros animales, algo que con el tiempo cambió para pasar a ser guardián de rebaños, tarea que hoy en día se mantiene.
Tamaño: Gigante.
Altura: Más de 80.
Peso adulto: 5-100.
Esperanza de vida: 12-14.
Actividad física recomendada: Media.
Ideal para: Niños,Pastor,Vigilancia.
La historia de esta raza se remonta a la época de los romanos en Bretaña, posiblemente ya en el siglo VI a.C. Existen registros que demuestran que los fenicios fueron los que introdujeron los primeros individuos del mastín inglés y del mastín napolitano, raza muy similar al mastiff. Fue desde entonces que esta raza fue utilizada en arenas de combate debido a su gran contextura y fuerza, además, ya en esa época era un guardián y excelente compañero por su carácter afable.
En el siglo XIX fue introducido en Estados Unidos, lo que fue vital para que la raza no se extinguiera, ya que cuando finalizó la segunda guerra mundial, el mastín inglés había desaparecido prácticamente de toda Inglaterra. Hoy en día, es una raza que se ve como guardiana de rebaños y es muy fácil encontrarla en la mayoría de los países.
La denominación de gigante para el mastín inglés no es infundada, ya que es un perro que puede llegar a medir entre 70 cm y 1 metro de alto, mientras que su peso ronda los 100 kg en las hembras y casi 120 kg en machos. Estas dimensiones lo vuelven una de las razas de perros de mayor tamaño que actualmente existen.
Su cuerpo es ancho y musculoso. Destaca su cabeza por ser más grande con respecto al cuerpo, ancha y cuadrada. En contraposición, el hocico es más bien corto. Posee unas fuertes mandíbulas, lo que refleja una mordida muy potente que rara vez puede verse debido al carácter tranquilo de esta raza. Sus patas son bastante largas y muy robustas, estando bien separadas la una de la otra.
Otra de las características del mastín inglés más representativas es su pelaje corto y bien adherido al cuerpo, además de duro al tacto. Su coloración puede variar desde marrón, leonado o canela en todo el cuerpo, pero su hocico, nariz y orejas son de color negro, generalmente.
Al contrario de los que sus orígenes demuestran y lo que podemos pensar al ver su fuerte y enorme complexión, el perro mastín inglés destaca por su temperamento tranquilo y dócil. Es muy importante educarlo desde cachorro, ya que tiende a ser algo desobediente y manejarlo fácilmente podría tornarse una aventura. Es una raza sumamente protectora y tranquila, destacando además por ser un perro muy cariñoso y muy valiente. No resalta por ser de gran inteligencia, ya que generalmente suele actuar por instinto y es algo torpe, por ello volvemos a remarcar la importancia de una buena educación temprana, además de la sociabilización, otro factor vital para que nuestro compañero sea un perro tranquilo y respetuoso.
Hay que destacar que es un leal compañero para niños mayores, teniendo mucha paciencia con ellos y con los juegos, sobre todo si tiene un espacio apropiado a su tamaño, lo que le permitirá poder hacer ejercicio. Su instinto protector es muy marcado, pudiendo ser desconfiado con extraños, pero no agresivo, por lo que también es muy importante transmitirle confianza cuando llega alguien desconocido a nuestra casa o si se acerca en la calle. En general, no presenta problemas de comportamiento, pero puede ser muy destructivo cuando se aburre.
Este perro necesita hacer ejercicio diario, de al menos una hora, ya que podría volverse algo perezoso. Cuando son cachorros no es recomendable el ejercicio excesivo, ya que son propensos a desarrollar problemas óseos, lo que durante la época de crecimiento podría traer problemas con esguinces o desgarros.
Su pelaje, al ser corto y duro, no necesita mucho cepillado, aunque sí se recomienda un baño completo cada mes y medio aproximadamente. También es importante mantener limpio su hocico, ya que es una raza que tiende a soltar mucha baba y que puede ser de gran molestia. Además, revisar sus orejas y mantenerlas limpias es de vital importancia para evitar que contraiga infecciones.
Y como mencionamos, ofrecerle una educación (sobre todo en positivo) desde cachorro puede evitar que cuando llegue a adulto sea desobediente, ya que al ser un animal de gran tamaño, puede llegar a ser muy difícil controlarlo. Así mismo, combinar ejercicio con la educación ayudará a que nuestro mastín inglés no se aburra. Por último, el espacio donde nuestro mastín vivirá es realmente un factor muy importante, ya que son perros que necesitan mucho espacio para poder moverse y correr
Educar al mastín inglés desde cachorro es fundamental para tener una buena convivencia, lograr que aprenda a relacionarse de forma positiva con otros animales y personas y, en definitiva, conseguir un perro equilibrado física y mentalmente. Para conseguirlo, se debe recurrir al refuerzo positivo premiando las buenas conductas y corrigiendo las inadecuadas ofreciendo alternativas correctas. El castigo o la violencia hará que el mastiff se estrese y tenga miedo, lo que podría desarrollar actitudes agresivas, algo negativo en todos los canes, pero especialmente preocupante en perros con un tamaño y una mordida como la del mastín inglés.
Dado que se trata de un perro algo terco, la paciencia y la constancia son clave. Además, las golosinas o pedazos de comida suculenta serán tus mayores aliados, ya que esta raza no suele mostrar especial interés por juguetes o pelotas. Eso sí, le encanta jugar con su familia humana y otros perros.
Esta raza, por su naturaleza, es propensa a ciertas enfermedades, como la displasia de cadera o torsión gástrica, también muy común en otros perros. La obesidad también es otra patología que puede ser común en los mastines, esto debido a su contextura robusta, por lo que es sumamente importante que hagan ejercicio diario. Por otro lado, puede desarrollar problemas en los ojos, como por ejemplo, atrofia en las retinas. Si lleva una dieta adecuada y realiza buen ejercicio, el mastín inglés tiene un promedio de vida de unos 12 años. También son comunes, pero en menor frecuencia, el ectropión, la hiperplasia vaginal, la displasia de codo y la atrofia progresiva de retina.
Los mastines no son de los perros más activos, pero necesitan una buena dosis de ejercicio cada día. Los saltos y ejercicios muy intensos no son aconsejables, especialmente antes de los 2 años de edad, ya que pueden dañar las articulaciones de estos pesados perros. Los paseos diarios son una necesidad, tanto para ejercitar al perro como para mantener su buena socialización.
Ten en cuenta que el mastín inglés no soporta bien los climas muy cálidos. Puede vivir en exteriores en climas templados y algo fríos (no excesivamente fríos), pero prefiere vivir dentro de casa junto a su familia, y usar el jardín sólo para ejercitarse.
Aunque el mastiff puede vivir en zonas urbanas, vive mejor en suburbios y propiedades rurales.
Si te has decidido a incorporar a tu familia a un mastín inglés, primero que todo debes informarte muy bien acerca de la raza y de todos sus cuidados y requerimientos para luego investigar sobre los sitios más recomendados donde poder adoptarlo. En la actualidad existen muchas protectoras y asociaciones en casi todas las ciudades, y estas se dedican al rescate y cuidado de perros y gatos. Incluso, hay muchas donde se dedican exclusivamente al rescate y recuperación de esta raza, por lo que te animamos a buscar en este tipo de lugares, así estarás colaborando con las protectoras y brindándole un nuevo hogar a un perrete.