Oler la amistad
Muchas especies de insectos se comunican mediante feromonas, sustancias químicas secretadas en pequeñas cantidades por un individuo que afectan al comportamiento o procesos fisiológicos de otro: entre otras funciones, cumplen las de atractivos sexuales, marcadores de pistas, señales de alarma o indicadores territoriales.
Los insectos sociales, como las abejas, las avispas, las hormigas y las termitas, reconocen a un compañero del nido o a un extraño mediante feromonas de identificación. Son las antenas que se agitan constantemente, que tocan aquí y allá, las que reconocen a los compañeros o a los enemigos.
De la misma forma, las hormigas marcan un recorrido hacia el alimento: si pasamos un dedo por un camino de hormigas, la fila quedará interrumpida, pese a que los insectos puedan verse, hasta que el rastro olfativo sea recuperado.