Perder la cola
Muchos lagartos son capaces de desprenderse de la cola para huir de sus depredadores. Este mecanismo se denomina autonomía caudal. Para ello cuentan con una especialización de las vértebras de la cola, que tienen un plano de fractura en su centro.
Generalmente poseen coloraciones llamativas en la cola que atraen la atención del depredador. Cuando el lagarto siente que es capturado contrae la musculatura y rompe la cola por el sitio donde ha sido agarrado. Mientras la cola se contrae violentamente durante unos instantes atrayendo la atención del depredador, que a menudo se alimenta de ella, el lagarto huye y consigue salvar su vida. Después, ira regenerando lentamente la cola y con el tiempo puede recuperar su función de mecanismo de escape.
Durante el periodo de regeneración los lagartos sufren el inconveniente de no poder utilizar este subterfugio. Además, corren con más torpeza, pues la cola les ayuda a mantener la posición del cuerpo durante la carrera. Para compensar estas desventajas, los lagartos sin cola cambian su comportamiento y llevan una vida más discreta para evitar llamar la atención de sus posibles depredadores. Este mecanismo ha tenido un gran éxito evolutivo en los lagartos actuales, pues son pocas las especies que carecen de esta habilidad.